lunes, 8 de septiembre de 2008

Recuerdo ausente


Con lo años se me ha hecho costumbre sentirme confundida por la epoca mas cruda del invierno, Un joven cuyos sentimientos jamas he podido determinar.. Mi tan recordado primer amor... Cuyo Adios no podre zanjar hasta nuestro ultimo encuentro...


Para acha cuyos ojos cambiaron mi Mundo, en dicha y a la misma vez en desden ...


Entonces te volví a ver, después de tanto tiempo
Tu delicada silueta se veía a lo lejos,
Tu mirada intrigante aun distante, estremecía mis sentidos
Tu orgullosa actitud, tus gestos algo altaneros,
Tu calida sonrisa, tu soberbia actitud,
Todo en ti me derrite, todo en ti me cautiva,
Me tienes de rehén en una prisión de confusiones,
Me tienes dispuesta a tus pies cuando lo desees,
Me elevas hasta las nubes y me bajas de golpe,
Entonces quiero olvidarte, y aunque ya habiendo tratado
No lo he podido lograr, desearía poder hacerlo, para mis heridas zanjar.
Es ahí donde el dilema de tenerte se vuelve mi pesar…



sábado, 26 de abril de 2008

Adios, amor




La vida: estado de actividad de los seres orgánicos.
Real academia de la lengua española.

Para alguien que dio todo por quién amó, la vida era mucho más que eso…

Era lunes, como de costumbre, me levantaba, preparaba el desayuno a mi menor hijo y luego salía muy rápido al hospital a ver a mi esposo. Arribando a ese lugar corrí lo más rápido que pude a ver si estaba mejor; la respuesta, era negativa otra vez.
-Su esposo ha tosido sangre. Dijo la enfermera que cuidaba de él, que a continuación prosiguió, no puede hacer ninguna clase de esfuerzos en esta condición, siquiera puede levantarse de aquí porque si lo hace es probable que fallezca.
-Yo con lagrimas empapándome los ojos asentí con la cabeza, mientras le preguntaba temblando si esque podía ver a mi esposo, a lo que nunca me respondió y asumí que sí podía hacerlo.
Entre pues al dormitorio y vi tendido a mi esposo, muy pálido por cierto, pero al cual de todas maneras salude con amor y le hice saber que estaba allí.
Al oír mi voz, me cogió la mano con la poca fuerza que le quedaba me dijo unas cuantas palabras que jamás se borraran de mi mente:
Ama a quien debas de amar, expande la paz al Mundo, no temas si me muero, ten fe, ten valor, no caigas en tentación, se feliz, cuida de nuestro hijo, te amo.
Quise llorar, pero no lo hice pues pondría triste a mi esposo enfermo en su lecho de muerte,
Solo le dije: si esa es tu voluntad, yo la acepto, quiero hacerte feliz, con lo poco que puedo dar, con mi amor, te amo, con el alma y la vida entera.
Al poco rato entró la enferma anunciando que debía de retirarme, y así lo hice, me despedí de mi amado esposo con un beso en la frente mientras mi alma yacía sentada en un banco donde día a día esperaba mientras revisaban a mi esposo, era extraño, pero ese día mi corazón se estrujó más que otros días, no sabía que era, lo único que hacía era esperar.
Pasé varias horas ahí sentada, pensando en las cosas que había logrado en la vida, tenía un empleo honrado, un hijo hermoso, amigos que me apreciaban, tenía a mi esposo, lo tenía, y así como lo tenía lo podía perder en un segundo, podía haberse ido de mis manos en cualquier momento, debido al cáncer que se había estado tratando desde hacía tres años atrás, pero ya estaba preparada para todo, pero aún así sentía dolor y angustia, pero no importaba, aún podía luchar por salvarle la vida. Sin darme cuenta me quede dormida, y la enfermera me llamó para decirme que mi esposo ya estaba apunto de morir, corrí muy angustiada a la habitación y note que mi esposo con mucho esfuerzo pronunciaba mi nombre. Me acerqué con el corazón palpitando a mil y me dijo, por favor cuida de nuestro hijo, has que sea un hombre de bien, te amo… ni bien pronunció estas palabras cuando su corazón dejó de latir. ERA EL FIN, se había ido sin explicaciones, se había ido y jamás volvería, nada jamás volvería, que le diría a nuestro hijo, no podía más, no vería jamás su sonrisa esa que hacía el Mundo brillar, explícame porque se fue, lloré a ríos, vinieron mis amigos, familiares, todos lloramos… Cuando al fin me hallé sola y pude conciliar el sueño, sentí que algo vino me dio un beso en la mejilla y susurró: te amo…
Sorpresivamente amanecí con una sonrisa y una lágrima en el ojo, me amó hasta morir, pensé, también te amo dije, cerré los ojos y seguí sonriendo.